SÉ COMO LAS FLORES Y ÁRBOLES... ENAMORADOS DEL SOL, PERO "FIELES A SUS RAÍCES

lunes, 1 de junio de 2015

TODA MUJER MERECE


Toda mujer merece que un hombre la llame "MI PRINCESA" o como mejor le parezca, que la bese con amor, que la abraze fuerte, tanto que sienta que nunca la va a soltar, que no le falle, que limpie sus lagrimas cuando ella llore, que no le haga sentir celos de otras mujeres, al contrario, que haga que otras mujeres sientan celos de ella, que no tenga miedo al decir a todos lo que siente por ella y le diga cada día lo mucho que la quiere y la ama.

CUIDA A TU PAREJA



Voy a decirte algo que seguramente te va a molestar y cuanto más te lo explique, más te molestará. Muchas veces cuidamos más lo que ya tenemos seguro, que lo que podemos perder.

Por ejemplo: Si te digo que no cuides tanto a tu familia, pero que cuides más a tu pareja, ¿te vas a sorprender?
-¿Cómo que no cuide a mi familia? ¡Es mi familia!
-Si, pero tu familia, está segura, nunca se va a perder.
¿Has escuchado decir a alguien por allí va mi ex hijo, o mi ex padre?

Seguro que no, pero si habrás escuchado a alguien decir por allí va mi ex esposo/a, o mi ex novio/a
Tus padres, hijos y hermanos, que son tu familia directa, no hay, ni puede haber (ex) Son lo más seguro que tienes y estarán allí siempre, por mucho tiempo que tarden en escribirse o hablarse, ellos son tu familia para siempre.

Tu no puedes decir ellos fueron mi padre y mi madre o ese fue mi hermano No, ellos fueron, son y serán tus padres y tu hermano para siempre.

Sin embargo hay otro amor, el de la pareja que es el más frágil de todos los que existen. Dejar de cuidarlo y alimentarlo, es como hacer una huelga de hambre indefinida. En ambos casos ya todos conocemos el final. Es por eso que hay que darlo todo, el uno por el otro.

Si te alejas de tus padres y hermanos, por varios años, cuando regreses, ellos van a estar ahí esperándote con los brazos abiertos, para abrazarte y llorar de emoción, es un amor que nunca deja de ser.

Pero, aléjate de tu pareja por más de un año y verás qué encuentras, si es que la encuentras.

Yo puedo llamar a mis padres y a mis hermanos, puedo ir a visitarlos regularmente, eso está bien, porque son nuestros parientes y necesitan de nuestro afecto y de nuestra presencia.

Pero en el matrimonio, es totalmente distinto el amor debe alimentarse diariamente, es una sociedad en la cual los dos deben lograr un equilibrio en los pensamientos, en las decisiones, para que todo funcione bien.

He visto muchos matrimonios destruidos, por no entender lo que significa la palabra «familia» es como querer colocar a la pareja en la categoría de «pariente» y ahí es donde empiezan los problemas  y la mala relación en el matrimonio. 

Tu tienes una familia para ser muy feliz, compartan los proyectos para crecer juntos, para que vuestros hijos tengan un modelo a seguir y sepan que un hogar se construye desde la propias decisiones. Siempre es bueno escuchar consejos, pero jamás permitir que las influencias destructivas socaven los cimientos de la familia.

Dios hizo al hombre y a la mujer para que vivieran juntos.

«Por eso el hombre tiene que dejar a su padre y a su madre para casarse y vivir con su mujer. Los dos vivirán como si fueran una sola persona. Así, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos» Marcos 10

EL MATRIMONIO


MUY FUERTE, PERO MUY HERMOSO... LEELO POR FAVOR...!!!!!
Para todos los casados, solteros y próximos a casarse. Espero les agrade esta Historia. Tomen unos minutos para leerlo.
Si tú no estas casado, pero tienes amigos que si lo estan, compartelo con ellos, tal vez aún les sea útil.

EL MATRIMONIO

Cuando llegue a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tome de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos.
De pronto ya no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio le dije lo más suave que pude.

Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me pregunto, ¿por qué?

Evite su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiro los utensilios y me grito, ¡no pareces hombre! Esa noche, ya no hablamos más. Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber que le había pasado a nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria. Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba, solo me daba lástima.

Con un gran sentido de culpa, redacte un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa

Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdicio conmigo. Todo eso que yo nunca le podría reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.

Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca.

El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retire a dormir.

Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me importo y solo me acomode de nuevo en cama y seguí durmiendo.

En la mañana me presento sus condiciones para aceptar divorciarse: No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible. Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres.

Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara como la cargue el día de nuestra boda.

Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos.

Le platique a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa se rio bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad que se van a divorciar.

Desde que le exprese mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargue se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo, papa me da gusto que quieras mucho a mi mama. Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incomodo, la baje y ella camino a tomar el autobús para ir a trabajar. Yo maneje solo a mi trabajo.

El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargo ligeramente en mi pecho. Podía oler la fragancia de su blusa. Me dí cuenta que desde hace tiempo no le había puesto mucha atención a esta mujer. Me dí cuenta que ya no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara, su pelo ya mostraba canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunte que si yo era el responsable de esto.

A el cuarto día, cuando la cargué. Sentí que regresaba un poco de intimidad. Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida.

El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No le platiqué nada de esto a Eloísa. Conforme los días pasaban se me hacía mas fácil cargarla. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte.

Una mañana la ví que estaba buscando un vestido para ponerse, pero no encontraba nada que le quedaba. Solo suspiro y dijo, todos mis vestidos me quedan grandes. Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarla. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada.

De repente entendí la razón estaba sumergida en tanto dolor y amargura en su corazón. Inconscientemente le toque la frente.

Nuestro hijo entró en ese momento y dijo, Papá es tiempo que cargues a mamá. El ver a su papá cargar a su mamá todos los días se le había hecho costumbre. Mi esposa le dió un fuerte abrazo. Yo mejor mire hacia otro lado por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes. Entonces la cargué, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acaricio mi cuello, y yo la apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos casamos.


Pero su estado físico me causó tristeza. Ese día, cuando la cargué sentí que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela. La abrasé fuerte y le dije, núnca me di cuenta que a nuestra vida le hacía falta algo así.

Me fuí a trabajar salté fuera de mi auto sin poner llave a la puerta. Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión subí las escaleras, Eloísa abrió la puerta y le dije, Lo siento mucho pero ya no me voy a divorciar.

No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me tocó la frente y me preguntó si tenía fiebre. Quite su mano de mi frente y le dije de nuevo. Lo siento Eloísa, ya no me voy a divorciar. Mi matrimonio era muy aburrido porque ni ella ni yo supimos apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos. Ahora me doy cuenta que cuando nos casamos y la cargué por primera vez esa responsabilidad es mía hasta que la muerte nos separe.

Eloísa en este momento salió del shock y me dió una fuerte bofetada, y llorando cerro su puerta. Corriendo baje las escaleras y me fui de ahí.

Pare en una florería, ordene un bonito ramo para mi esposa. La chica me pregunto que le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, " siempre te llevare en mis brazos hasta que la muerte nos separe"

Esa noche cuando llegue a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa en mi cara, subí a nuestro cuarto solo para encontrar a mi esposa en su cama Muerta Habia callado la enfermedad que la consumia sin decirme nada.

Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación. No la mansión, el carro, propiedades o dinero en el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo. Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio.

Si no compartes este mensaje nada te pasara.
Pero si decides compartirlo, quizás salves un matrimonio.
Muchos de los fracasos en la vida le sucede a gente que no se da cuenta lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos.