SÉ COMO LAS FLORES Y ÁRBOLES... ENAMORADOS DEL SOL, PERO "FIELES A SUS RAÍCES

domingo, 19 de octubre de 2014

Creyendo sin ver

Había estado ausente de la casa por algunos días y mpequeñaMargarita, quien apenas podía sentarse sola, me recordaba.
e preguntaba, al acercarme a ella, si mi
Para probar su memoria, me coloqué en un lugar desde donde yo podía verla, pero que ella no me podía ver a mi, y la llamé en el viejo tono familiar: “¡Mague!” Ella dejó caer sus juguetes.
Otra vez repetí su nombre “¡Mague!” y habiendo inspeccionado una vez más el cuarto con su mirada, pero no viendo el rostro de su padre, se puso muy triste y volvió a tomar sus juguetes.
Por tercera vez llamé “¡Mague!” y ella, dejando caer sus juguetes rompió a llorar extendiendo sus brazos en la dirección de donde provenía el sonido, sabiendo que aunque no podía ver a su padre, él debía estar allí.

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